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Capitulo 205: Internado en el Hospital Psiquiatrico
Valentina observaba atentamente, sin querer perderse ninguna expresién de su esposo. La
mencién de «Don Mendoza» hizo que Santiago se tensara visiblemente, todavia nervioso. Por un momento,
incluso pensé en confesar su verdadera identidad si Valentina llegaba a descubrir quién era realmente.
Santiago se debatia internamente sobre cémo explicar las impresiones negativas que Valentina tenia sobre <
-¢Su... primo?
Valentina fruncié el cefio, como si incluso ella misma encontrara su conjetura increiblemente poco probable.
-Imposible, imposible.
El primo de Don Mendoza también perteneceria a una familia distinguida, y aunque su esposo tenia una
apariencia distinguida, la familia Mendoza era demasiado prominente.
Tras negar con la cabeza varias veces, Santiago no pudo evitar sonreir ante la falta de mas preguntas de
Valentina. Después de un rato, ella de repente dijo:
-Mas tarde tengo que ir al EdifiMendoza.
(El EdifiMendoza?
-¢Qué vas a hacer en el EdifiMendoza? -Santiago casi se atraganta con su sopa al oirlo.
-iA buscar a Don Mendoza!
Valentina explicé que, dado el gran movimiento que la Corporacién Mendoza habfa hecho por ella, sentia que
debia agradecerles personalmente. Después de dejar los utensilios, se cambié a una camiseta casual y jeans y
salid.
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Santiago, sentado en la mesa, no se atrevié a demorarse y sigui6 a Valentina.
En la bulliciosa zona comercial cerca del EdifiMendoza, una multitud rodeaba a alguien.
Todos sostenian sus teléfonos, tomando fotos de un hombre acurrucado en el suelo.
-Es el Sefor Rodriguez, lo vi una vez. Solia parecer respetable, pero ahora, es un espectaculo verlo en tal
desgracia...
-Dicen que ofendid a un jefe de la Corporacién Mendoza. ;Por qué mas iran tras la familia Rodriguez?
-Parece que la familia Rodriguez lo ha abandonado para mostrar su lealtad a la Corporacién Mendoza. Pero la
corporacién aun no ha respondido, no estoy seguro de si dejaran en paz a la familia Rodriguez.
Las personas murmuraban entre ellas, mirando a Noah como si fuera una broma. Noah, recién despertado, no
podia sacar de su mente los recuerdos de esos tres dias y tres noches, que parecian una pesadilla. Las burlas y
risas de la gente le hacian sentir como si estuvieran viendo esos recuerdos.
-iFuera, fuera!
Grité Noah, con un miedo evidente en su mirada, levantandose de repente y enfrentdndose a la multitud. Vestia
solo un simple pijama. Tras un breve forcejeo, algunos botones se soltaron, exponiendo su pecho marcado con
moretones visibles. Algunos suspiraron, asumiendo que era consecuencia de su estilo de vida desenfrenado.
Pero esos comentarios solo aumentaron la sensacién de Noah de estar expuesto, intentando cubrirse el rostro
con la ropa.
“Yo soy el Sefior Rodriguez... Soy el Unico heredero de la familia Rodriguez... -murmuraba, intentando alejar esos
recuerdos vergonzosos.
Sin embargo, las risas de la multitud solo se intensificaron.
-¢Qué Sefior Rodriguez? Ya no lo eres, la familia Rodriguez te ha expulsado, {qué eres ahora?
Alguien sugirid, entre risas, que aun podria «vender... su cuerpo». Al oir esto, Noah cay6 en la locura completa,
gritando, con el miedo en sus ojos tornandose en locura. Alguien se cuenta de su estado y llamé a una
ambulancia. Cuando llegé, Noah se resisviolentamente, incluso hiriendo a un médico. La multitud observaba,
pregunténdose si realmente habia perdido la razén.
Alguien, con buenas intenciones, llamé al hospital psiquiatrico. Solo con un vehiculo completamente equipado
lograron llevarse a Noah.
Valentina se dirigia a El EdifiMendoza, que era paso obligado. Justo cuando pasaba, el vehiculo que llevaba a
Noah rozé junto a ella. Por un instante, Valentina creyé escuchar que alguien la llamaba, pero al mirar no vio
nada. En el vehiculo del hospital psiquiatrico, Noah estaba atado y se debatia con fuerza. Habfa visto a
Valentina. Grit6 con todas sus fuerzas, pero rapidamente una enfermera le tapo la boca, impidiéndole seguir
gritando. Aun asi, murmuraba palabras ininteligibles, con una mirada que parecia suplicar clemencia.
Los curiosos en el centro de la ciudad se dispersaron. Entre la multitud, Aitana observaba con una sonrisa fria
cémo se alejaba el vehiculo del hospital. Llevaba una maleta; estaba lista para ir a San Miguel de Allende a ver a
Ariadna, pero antes queria ver a Noah con sus propios ojos. Ella
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también lo habia visto, pero no sentia la menor compasion por Noah.
-iQué inutil!
+15 BONOS
Para ella, Noah no era més que una herramienta. Una herramienta que habia fallado y que, ademas, se habia
complicado a si misma. Lo Unico que lamentaba era que ya no tendria a quien usar en el futuro. Pero eso no
importaba.
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Aitana miré hacia El EdifiMendoza, su mirada denotaba una determinacién férrea por algo. Después de un
rato, tomo un taxi y se marché con su maleta.
En El EdifiMendoza, tan pronto como Valentina llegé al vestibulo, alguien la recibié. - Sefiorita Lancaster,
buenos dfas, por favor, sigame.
Valentina ya habia visto a esa persona en sus dos visitas anteriores a El EdifiMendoza. Estaba sorprendida.
La persona la esperaba como si supiera que vendria. Pero ella solo le habia dicho a su esposo que irfa al Edificio
Mendoza, (como podria saberlo alguien mas?
Al llegar a la azotea, entraron en la misma sala de reuniones de siempre, detrés del biombo estaba sentada una
persona, probablemente don Mendoza.
-¢Hola... don Mendoza?
Valentina preguntd con cierta incertidumbre. La voz del hombre sond grave al responder. Después de varios
encuentros, Valentina habia perdido parte de su temor hacia don Mendoza, asi que pregunté sin vacilar:
-¢Sabia don Mendoza que vendria?
Originalmente queria preguntar si su esposo le habia avisado con antelacion. Pero preferia no profundizar en esa
relacion.
Yo sabia que vendrias a agradece-respondié Santiago, bajando la voz.
Habia llegado desde Villa de Los Pinares lo mas rapido que pudo, entrando al edifiun minuto antes que
Valentina. Por poco y lo veria. Menos mal...
Valentina no siguié indagando cémo sabia de su llegada. Al recordar el asunto de la familia Rodriguez, expresé
su agradecimiento. Luego, casi sin querer, preguntd:
-.Y Noah? ;Qué piensa hacer con él?
-¢Vienes a interceder por él? -pregunté Santiago, frunciendo el cefio.